martes, 11 de octubre de 2011

El problema no es como realmente son las cosas, sino el cómo alguien está obligado a verlas...


¿Es cierto que cada cabeza es un mundo? ¿Qué somos únicos e irrepetibles?¿Sabemos que es la felicidad? ¿Tenemos la oportunidad de ser libres?...

Cada vez que me cuestiono o me cuestionan algo acerca de libertad, felicidad, vivencia y pensamiento me da ansiedad, no sé si al responderlas estoy siendo sincera conmigo y con los demás, o estoy respondiendo automáticamente. Podría asegurar – pero no lo hago porque es grave hacer una aseveración tal - que la mayoría de las personas cuando escuchan estas preguntas y cualquier otra, responden automáticamente. Son muy pocas las que se dan el espacio para reflexionar de manera más profunda acerca de la libertad, el individuo y el pensamiento humano, ya que vivimos en un mundo en dónde se nos condiciona para que actuemos automáticamente, y nos conformemos con lo que está más próximo.

El proceso de mi trabajo artístico me ha permitido cuestionarme acerca de mi posición en el mundo, como individuo, mujer, ciudadana, animal, etc. a través de la fotografía, la escultura, el dibujo, y la acción.

Mi obra parte de eventos autobiográficos, pienso que no se puede hablar de lo que no se ha vivido, y estoy convencida que la práctica artistica te abre espacios para la reflexión y la posibilidad de ser diferente, no sólo una pieza más del sistema.