Dale, dale, dale

2010





¡Dale, dale, dale! es una acción colectiva que reflexiona  acerca de las acciones que ejercemos hacia el medio ambiente, a través de invertir el papel humano/ambiente en una acción.  El performance consistió en la creación  de una la piñata (En la tradición mexicana, las piñatas representan las fuerzas demoniacas, el  garrote con que se destruye la piñata, simbolizaba la virtud, y el contenido era la representación del premio a los participantes por ser fieles a su fe) en la que mi cuerpo fue el molde. Me situé en una explanada ubicada en el Malecón de La Paz Baja California con un bote de engrudo y papeles que recolecte con anterioridad en los negocios y empresas cercanas, anoté en el piso una frase que hablaba sobre lo maravilloso que son los árboles y las instrucciones, fue así que las personas comenzaron a pegarme los papeles. Después  de ocho horas, una persona me ayudó a retirar el cascaron  para que posteriormente terminará la piñata.  Dos días después terminé la piñata  y coloque en su interior frases que hablaban del cuidado del medio ambiente, fruta, y semillas de árboles. Por la noche las personas se reunieron en el mismo sitio en dónde me había situado anteriormente e hice una invitación a que la destruyeran. Con la pieza experimenté así  la inmovilidad y vivencié el poder que ejercemos sobre los árboles. En esta pieza, el hombre se convierte en presa del recurso natural mutado, lo invade y lo altera. Este objeto permite en la intención, crear un objeto que signifique y revierta los actos del ser humano que han tenido lugar desde unos siglos atrás, es decir, explotación,  dominio y manipulación desmedidos respecto a la naturaleza.